Soñador, aventurero y esperanzado, Antonio Ferreira Ramos vino a Venezuela en mayo de 1953. Nacido en Sao Felix Da Marinha el 25 de septiembre de 1934 y de una familia numerosa que tuvo que enfrentar problemas económicos, este lusitano decidió buscar una vida mejor en el país que más se nombraba en Europa: Venezuela.
António Ferreira Ramos
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Con tan sólo 19 años, Antonio tomó un barco que lo llevaría a un mundo desconocido, dejando en su país natal a sus padres, Antonio Augusto Da Rocha y Rosa Ferreira Ramos, y a sus cinco hermanos. El momento fue preciso para ser inmortalizado en una fotografía, donde se puede visualizar el barco Santa María de fondo.

Una vez llegado a Venezuela, Antonio se alojó en un pequeño cuarto en La Candelaria y buscó diferentes trabajos que lo ayudaron a sustentarse y establecerse. En compañía de dos hermanos y de su padre, Antonio fue a un foto-estudio para tomarse una fotografía que enviaría a tierras lusitanas a su madre y al resto de su familia, de forma tal que supieran que había llegado bien a Venezuela e iniciaba una vida llena de esperanza.

Pasado algunos meses, Antonio decidió crear una tornería frente a la Seguridad Nacional, que poco después fue saqueada y quemada durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Cuando creía que lo había perdido todo, conoció a María Dolores Sánchez Viqueira “Lola”, una española que había viajado a Venezuela con los mismos ideales; momento que quedó reflejado en una fotografía. Después se casarían en el año 1957.

Una vez estabilizada la situación económica de la pareja, ya con tres hijos que ampliaron la familia, Antonio Ramos decidió formar parte de la Asociación Deportiva Luso Venezolana de Turumo. Su visión de futuro, lo llevó a la presidencia del club en reiteradas oportunidades, a tal punto que en la década de los ochenta recibió al presidente de Portugal, António dos Santos Ramalho Eanes, quien le dio la Orden de “Encomendador de Portugal en Venezuela”.