Isabel Idárraga
En nuestra sociedad se hace mucho énfasis en la creación de patrimonio y en aprender a multiplicarlo. La mayoría de las personas sueña con tener casa, carro, empresa, inversiones en varios negocios y muchos activos más.
Sin embargo, se habla poco de la protección de ese patrimonio, adquirido a lo largo de los años con esfuerzo, dedicación y constancia, al olvidar que existen riesgos que lo pueden volver sal y agua en muy poco tiempo.
Una enfermedad grave, la partida del jefe de familia o la caída aparatosa de los mercados bursátiles pueden dejar en la ruina a una familia si no se ha protegido apropiadamente los componentes importantes del patrimonio familiar.
La protección patrimonial puede hacerse, en función de los riesgos, de varias maneras:
- a) Aplicar medidas preventivas como una alarma de incendio en la empresa
- b) Asumir los riesgos menores como el daño del celular o la laptop
- c) Transferir a un tercero los riesgos mayores que pondrían en riesgo el patrimonio familiar como el fallecimiento temprano de un padre de tres niños en edad escolar.
¿Has evaluado como está protegido tu patrimonio?