Isabel Idárraga
Imagina que hace, exactamente, un año, abandonaste este mundo para siempre, dejando a tu familia sin tu presencia y la seguridad que le dabas.
Vuelve al día de hoy y pregúntate: ¿Cómo es su vida sin ti? ¿Cuenta con suficiente dinero para cubrir sus gastos? ¿Sigue soñando con el regalo que le ofreciste para las vacaciones?
Si tus hijos, pareja, padres u otras personas dependen de ti financieramente, necesitas un seguro de vida. ¿Por qué?
Un seguro de vida garantiza que tus dependientes contarán con el dinero suficiente para seguir adelante si les llegaras a faltar.
Los niños continuarán estudiando mientras su madre o padre los cuidan y tus viejos tendrán una vejez digna.
Con una póliza de vida puedes adquirir un patrimonio en el que establezcas claramente quienes serán los beneficiarios y como recibirán el dinero para que continúen su vida, su rutina y sus metas teniendo siempre tu recuerdo presente.
Ese fue el caso de un matrimonio joven con gemelas pequeñas. El falleció a los 32 años de un tumor cerebral y su viuda, que había abandonado el trabajo al nacer las niñas, pudo adquirir su propio negocio que le permitió generar ingresos y tener tiempo para cuidar a sus hijas. Esto fue posible, gracias al dinero proveniente de la póliza de vida que su esposo había adquirido antes de enfermar.
¿Cuál es el mejor día para tomar una póliza de vida?
Hoy porque no sabemos qué ocurrirá mañana o pasado. Los riesgos de dejar esta vida están allí, a la vuelta de la esquina.
Hoy estás aquí, mañana, no se sabe.
Tu familia necesita de ti hoy, mañana y siempre.