La Sociedad de Beneficencia de Damas Portuguesas es, sin duda alguna, uno de los grandes íconos de la “portugalidade” en Venezuela. Desde su creación en el año 1969, esta institución ha venido trabajando sin descanso con el objetivo de brindar una mano amiga a los ciudadanos más carenciados, a través de varios mecanismos que incluyen jornadas alimenticias, ayudas económicas mensuales, cobertura de gastos médicos y medicamentos, entre otros.
A pesar de que en 2020 la asociación no pudo llevar a cabo sus tradicionales almuerzos de recaudación ni su sesión de bingo aniversario, las ayudas a quienes lo necesitan no se detuvieron. “Todas nuestras actividades de recolección de fondos fueron suspendidas debido al Covid-19. Sin embargo, continuamos las ayudas a nuestros beneficiarios, gracias al apoyo del Gobierno de Portugal, a través de la Secretario de Estado para las Comunidades Portuguesas y el Ministerio de Negocios Extranjeros. De no ser así, no podríamos hacer estas actividades, en vista de que todos nuestros eventos de recaudación fueron cancelados” explicó Fátima Pita, actual presidenta de la Sociedad de Beneficencia de Damas Portuguesas.
Entre los meses de marzo y octubre, el grupo de mujeres otorgó la ayuda mensual a los beneficiarios a través de transferencia electrónica, iniciando posteriormente algunas jornadas alimenticias en la Quinta Lelly de Macaracuay, sede de la institución ubicada en el este de Caracas. “Los meses de noviembre y diciembre llevamos a cabo las primeras jornadas de nuestro nuevo proyecto, que consiste en donar un combo alimenticio y proporcionar un almuerzo a quienes más nos necesitan, siguiendo obviamente todas las normas de higiene, distanciamiento y bioseguridad. En el mes de noviembre realizamos una sopa y en el mes de diciembre un arroz navideño, además de ofrecerles un combo de víveres que les ayude en sus hogares. Estamos hablando de 90 almuerzos que dimos en cada una de estas jornadas, beneficiando a grupos familiares que van de 2 a 5 personas” añadió Fátima Pita.
La jornada decembrina fue bastante especial: “Además del almuerzo y los alimentos, les entregamos un combo de aseo personal y asignamos medicinas a aquellas personas que presentaron un informe médico en el que se certificara su enfermedad. Igualmente, abrimos las puertas de nuestro tradicional ropero, para que las personas escogieran lo que mas les gustara o necesitaran. Los beneficiaros se llevaron ropa, zapatos, sábanas y toallas que les pueden ser de gran ayuda ante las dificultades que atraviesan” dijo Pita.
Para Fátima y el grupo de Damas que dirige, el balance es positivo a pesar de la pandemia. “Estas actividades fueron muy bien recibidas por la comunidad, ya que en los tiempos más difíciles es cuando se necesita de más ayuda al prójimo. Nosotras estamos muy contentas y comprometidas con esta labor iniciadas hace tantos años. Desde ya nos estamos preparando para retomar nuestras actividades a partir del 11 de enero, si la Virgen de Fátima nos lo permite. Esperamos que esta enfermedad que nos está agobiando para pronto, para volver a nuestras rutinas y retomar en pleno nuestras actividades” concluyó la presidenta de la asociación sin fines de lucro.
La Sociedad de Beneficencia de Damas Portuguesas fue creada en mayo de 1969 por Susana de Sampaio, esposa de un ex Embajador de Portugal en Venezuela. Esta Sociedad Civil sin fines de lucro ha estado dirigida a prestar colaboración a todas las personas y en especial a ciudadanos de nacionalidad portuguesa desvalidos y que se encuentran en situaciones difíciles o afectados por enfermedad o invalidez, que les impide desenvolverse en sus funciones normales. Con el pasar de los años han ampliado su ámbito de acción, apoyando a ancianatos, personas desposeídas o de bajos recursos y enfermedades infantiles.
La Sociedad de Beneficencia de Damas Portuguesas también hace donaciones permanentes a algunas familias y ayuda a algunas personas en procesos quirúrgicos y en el tratamiento de enfermedades.