El Futbol de colonias en Venezuela fue el inicio de la era profesional del fútbol venezolano, con grandes equipos de renombre y otros de menor escala que han marcado su nombre en el Deporte Rey de Venezuela. En la segunda mitad del siglo XX los principales clubes eran de origen europeo, sostenidos principalmente por las colonias de españoles, italianos y portugueses que se habían radicado en Venezuela especialmente en esos años. Sin embargo, hacia finales de siglo, la situación económica hizo que los grandes clubes se vinieron abajo, registrando un brusco descenso en la presencia de espectadores luego del famoso Caracazo de 1989.
Uno de los equipos surgidos en la época gloriosa del fútbol de colonia fue el equipo de la cadena de supermercados Central Madeirense. Fue el 1 de mayo del año 1954 que José Quintino de Abreu y Manuel Vieira crearon oficialmente el Deportivo Central Madeirense, inscribiéndolo en la Asociación Distrital. Desde entonces, el equipo se mantiene activo en diversas ligas de fútbol y futsal, resaltando siempre el orgullo de una historia de otra época, donde el deporte era sólo una excusa para promover el compartir y la camadarería entre colegas de trabajo y coterráneos portugueses.
Atrás quedó la época de aquellas fotos antiguas donde los jugadores posaban, algunos con cigarros en la boca o vasos en la mano: hoy en día, el deporte en general y el fútbol en particular, le deben mucho a esta empresa venezolana de origen Lusitana, que sigue impulsando la formación de jóvenes desde hace más de 65 años. El Deportivo Central Madeirense cuenta con una academia de formación donde más de 300 niños y jóvenes de ambos sexos, participan en diferentes categorías y ligas. Se trata de un proyecto completo en el que no se cobra inscripción, sino donde más bien la empresa contribuye con alimentación, refrigerio y transporte.
A pesar de nunca haber consolido el proyecto de trasladar esta institución a la primera división del deporte rey criollo, el Madeirense tiene un historial plagado de éxitos en el Torneo Ibérico. Los directivos del equipo y de la cadena continúan comprometidos con el ideal de, algún día, disputar la máxima categoría del fútbol profesional venezolano. El camino no será fácil: son años de trabajo, inversión, infraestructura y resultados los que separan a esta iniciativa del éxito que hoy gozan otras oncenas nacionales.
Para que esto sea posible, el club se está formando desde la base, poniendo el empeño en las camadas de los más pequeños y profesionalizando a los jóvenes que ya tienen historial en el equipo. El proyecto de tener un espacio propio en la capital está en los planes, aunque serán los resultados y el arraigo de este cuadro luso-venezolano, los que dicten el mediano y largo plazo del Madeirense.