El folclore luso tiene asegurado su continuidad en el Centro Portugués

Desde hace 9 años los más pequeños del club capitalino cuentan con una agrupación folclórica en la que aprender las costumbres y tradiciones de sus padres y abuelos

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Con el paso de los años han sido muchas las agrupaciones folclóricas portuguesas que han surgido a lo largo y ancho del territorio nacional venezolano; todas con la finalidad de rescatar los valores, costumbres e idiosincrasia del pueblo portugués en un país tan lejano del continente europeo como lo es Venezuela.

Sin embargo, son pocos los grupos que están dirigidos a los más pequeños de la casa; hecho lamentable, si se toma en cuenta que para conservar estas tradiciones es necesario incentivar el amor por las raíces desde la infancia. Es bajo esta premisa que nace el Grupo Folclórico Infantil Centro Portugués de Caracas, ideado en febrero del año 2012 por la iniciativa de Sonia Pestana (ex integrante del Grupo Folklórico Centro Portugués) y José Carlos Rebelo (ex Director de Cultura del Centro Portugués), quienes pusieron en marcha este nuevo proyecto que llenó de expectativa y emoción al club capitalino, ya que después de varios años tendría un grupo infantil.

La agrupación tuvo su debut el 22 de abril de ese mismo año en la tradicional Verbena de la Cultura que se realiza todos los años en el Centro Portugués. Actualmente bajo la Dirección General y de Baile de Jeny Macedo y Jessica De Nóbrega, apoyados por la Comisión del grupo, Junta Directiva, Dirección de Cultura y el “Grupo Folklórico Centro Portugués”, la agrupación cuenta con 23 niños luso-descendientes entre los 3 y 14 años de edad, en su mayoría de la tercera generación, que aman el folklore y les encanta llevar a cada rincón de Venezuela un poco de esas costumbres y tradiciones arraigadas de la humilde tierra de Camões y de sus raíces familiares.

El Grupo Folclórico Infantil Centro Portugués tiene como misión integrar y enseñar a los niños luso-descendientes a expresar, promover, transmitir e incentivar el interés en la cultura, costumbres y tradiciones portuguesas en Venezuela por medio de la danza folklórica. Con el objetivo firme de difundir las raíces de los valores culturales y tradicionales de la tierra de abuelos y padres como un legado artístico para las nuevas generaciones de luso-descendientes, el grupo busca también integrar a la comunidad luso-venezolana en la preservación de las raíces portuguesas, enalteciendo las tradiciones y costumbres de Portugal.

Danzas de todo Portugal

La agrupación desarrolla danzas representativas de cada una de las distintas regiones de Portugal: continente, Madeira y Azores, cuyas piezas tienen formas diferentes de bailarse de acuerdo al lugar de donde provienen, combinando pasos variados, como viras, corridinhos, bailinhos, ruedas y fandangos, entre otros, que se adaptan a los diferentes ritmos de música característicos de cada una de dichas regiones.

Parte de las coreografías no solo son enseñadas por las profesoras basadas en su experiencia y el folklore típico de Portugal, sino que también algunas son creadas por los mismos niños quienes en base al conocimiento que han adquirido durante su estancia en la agrupación y que han puesto en práctica demostrando su talento para el baile y el amor por el folklore, participando de forma más activa, permitiéndoles involucrarse mucho más en el proceso y trabajar juntos fomentando la unión entre todos y que disfruten aún más su estancia en el grupo.

Nuestro grupo cuenta con trajes de la región del norte de Portugal Continental y de la Isla de Madeira como los más representativos, y con los cuales ataviamos al grupo completo, sin embargo, contamos con algunos trajes de regiones específicas como Minho, Nazaré, Ribatejo y Alentejo, que son utilizados por algunos niños en ocasiones especiales donde queremos mostrar diferentes trajes. A pesar de todas las dificultades que se han presentado para lograr la confección de los mismos u obtener piezas originales traídas directamente de Portugal, hemos contado con el apoyo de los representantes, junta directiva y dirección de cultura de nuestra casa el Centro Portugués, y donaciones” explica Jeny Macedo, directora del Grupo Folclórico Infantil Centro Portugués.

En relación al traje de la región continental, utilizan uno de los más representativos de la región de Braga al norte de Portugal llamado Capotilha. Era utilizado los domingos en las misas, fiestas y romerías más importantes de la región. Las mujeres utilizaban una capotilha o romeira (capa) cruzada sobre el busto, teniendo significados sus colores (rojo mujer soltera y azul mujer comprometida, casada o de edad avanzada). Llevan además una falda del mismo color de la capotilha, con una franja de color negra bordada a mano con canutillos brillosos y pasamanería; un delantal doble aterciopelado y con detalles bordados en canutillo al final del primer delantal, chaleco negro, camisa blanca manga larga con detalle de tira bordada en cuello y puños, al lado derecho de la falda llevan un ¨lenço dos namorados¨ bordado en punto de cruz con motivos amorosos; en la cabeza usaban un pañuelo de encaje blanco, zapatos negros, medias blancas tejidas y las adornan los zarcillos ¨Brincos á Rainha¨ y collares de oro con el dige de corazón de Viana ambos en filigrana. heredados por sus antepasados. Los hombres poderosos de la ciudad utilizaban un traje para salir a enamorar los días domingos o en las romerías. Consta de un pantalón negro, chaleco negro cruzado con botones de oro y en uno de sus bolsillos sobresale la cadena de oro del reloj de la época, faja de color rojo, camisa blanca manga larga bordada en punto de cruz rojo con motivos amorosos, además lucen un sombrero de color negro para darle un toque de elegancia, los zapatos y medias son de color negro.

En cuanto al traje de la Isla de Madeira, su origen y evolución tiene diversas especulaciones ya que se piensa que tuvo influencias variadas tanto nacionales como extranjeras específicamente minhota, mouriscas, africanas y de Flandres. Mejor conocido como “Camacheira”, el traje de las hembras es procedente de la región de Funchal, Camacha, Machico, y Santa Cruz, el cual está compuesto por una falda roja de lana con rayas de colores, un chaleco bordado y una capa de color rojo, una blusa manga corta de color blanca y detalles bordados, además de llevar en la cabeza un sombrero azul llamado carapuza en el cual colocaban un pañuelo bordado en su parte de atrás, y se adornaban con algunos collares y argollas de oro. Por su parte, los varones usan el “Traje de Vilhao” con dos variantes: la primera es de color blanco, compuesto por un pantalón fruncido sobre la rodilla y una camisa blanca manga larga con pliegues en el pecho, una faja roja en la cintura y llevan el sombrero llamado carapuza, y la segunda variante es de color marrón que consta de un pantalón largo de lana y chaleco, camisa manga larga color blanco y un pañuelo atado al cuello de color rojo, y en la cabeza un sombrero de lana tejido llamado Barrete de Orelhas. Tanto el hombre como la mujer visten unas botas denominadas bota-chá fabricadas con piel de vaca curtida de color marrón. La caña de la bota es girada hacia afuera y bajada hasta el tobillo, y las que usan las mujeres son adornadas con una cinta roja.

Esfuerzo y compromiso

Actualmente mantener una agrupación activa nos es una tarea fácil. “Nos ha tocado ver a muchos integrantes retirarse ya que los mismos han tenido que emigrar a otros países, pero gracias a Dios siempre llegan nuevos integrantes que han llenado ese vacío que queda momentáneamente en el grupo. Aún somos una comunidad a la que le encantan sus raíces y conservar en el tiempo sus tradiciones y costumbres, además de transmitirlas de generación en generación, razón por la cual aún seguimos activos y de hecho con demanda de niños para entrar no solo socios del club sino por personas que no son socios, pero desean que sus hijos entren en la agrupación, a los cuales siempre también los acogemos con gran cariño y orgullo” explica Jeny.

“Para poder conservarnos en el tiempo siempre tratamos de motivar a nuestros niños y realizar cosas diferentes, involucrándolos en todo lo que hacemos, cambiando la rutina, etc., pero por sobre todas las cosas les enseñamos a amar lo que hacen lo cual es clave para que sigan en el grupo. La mayor dificultad que afrontamos está en la parte de obtener los trajes folklóricos para vestir a todos los niños, en primer lugar, por el alto costo de los materiales y mano de obra para su confección, en segundo lugar, la dificultad de traerlos originales directamente de Portugal, porque si bien es cierto que hay trajes que se pueden elaborar aquí hay otros que no, sobretodo en cuanto a accesorios se refiere como por ejemplo zapatos, pañuelos, zarcillos, botas madeirenses, etc.” indica la directora.

La agrupación sigue en pie de lucha gracias al apoyo de los entes rectores del club y el aporte de los padres y representantes de los niños, además de algunas donaciones de trajes. A pesar de no contar con músicos propios, sus “padrinos” del Grupo Folclórico Centro Portugués los apoyan con sus músicos en vivo cuando el grupo lo requiere. “Seguimos trabajando en equipo para tratar de sobrellevar esta dificultad y buscar opciones que nos ayuden a solucionarla” indica asegura Macedo, quien preside la Comisión directiva acompañada por Jéssica De Nóbrega, Verónica Da Silva, Carmen Susana De Freitas, Celsa Dos Santos de Rendeiro y José Carlos Rendeiro.

Mantenerse activos a pesar de la pandemia

La pandemia no ha sido un impedimento para que la agrupación siga adelante con su labor de inculcar la cultura portuguesa a los más pequeños. “En estos tiempos de Covid-19, en principio cuando todo empezó en el mes de marzo de 2020, obviamente nuestro grupo dejó de ensayar y de asistir a cualquier presentación que estuviera pautada, es decir, pausamos todas nuestras actividades. Pero en el mes de Octubre de 2020 decidimos retomar de forma virtual nuestros ensayos de la forma habitual que son los Viernes de 7:00 p.m. a 8:00 p.m., ya que no queríamos que los niños dejaran de lado el folklore, y así poder estar en contacto así fuera a distancia, claro que no es lo mismo realizar una actividad física de este tipo a distancia pero para ello decidimos combinar la parte teórica con la práctica, la primera parte de la clase les dimos un poco de cultura general sobre Portugal y el folklore de una forma dinámica y luego en la parte práctica realizábamos bailes ya fueran nuevos o repasando los que ya teníamos. Actualmente seguimos bajo esta modalidad, esperando a que de forma segura se puedan retomar las actividades de forma presencial” argumentó Jeny Macedo.

En noviembre de 2020 el grupo partició de forma virtual en el Festival Infantil de Danzas Folklóricas Internacionales Virtual, organizado por el Rancho Folclórico Saudades de la Casa Portuguesa Venezolana del Estado Carabobo. “Esta experiencia fue algo totalmente nuevo para todos y un gran reto, ya que al realizarse a distancia implicó hacer las cosas de una forma diferente. Pero fue una experiencia enriquecedora que nos demostró a todos que no hay imposibles ni barreras y que cuando se quieren hacer las cosas con amor y dedicación se logran buenos resultados, y que a pesar de las limitaciones que por esta situación de pandemia estamos enfrentando se pudo hacer algo diferente y sobretodo sin poner en riesgo la salud de todos. Los niños participaron con mucha emoción y alegría, y con la ayuda de sus padres que hicieron un gran esfuerzo para colaborar para que los niños cumplieran con éxito las actividades que les encomendamos a cada uno para poder participar en este festival, lo que demuestra es el gran compromiso y amor por lo que hacen” dijo la directora del grupo infantil.

En la competencia, la agrupación se llevó para casa los premios de Agrupación Amistosa; segundo lugar de Agrupación Popular en Instagram; cuarto lugar del Mensaje Creativo Covid-19; y el quinto lugar en Traje Típico.

Un llamado a la comunidad

“A través de la danza se estimula la disciplina y el compromiso, ayudando a los niños a enfrentar desafíos que son propios de los diferentes aspectos y generalidades que forman parte de este arte, también desarrolla la sensibilidad a través de la música, es un ejercicio físico que tiene beneficios para la salud, ayuda al fortalecimiento de las relaciones interpersonales y fomenta el trabajo en equipo, contribuyendo así en valores humanos, autoestima y recuperación de la danza como patrimonio e identidad cultural. El año 2020 ha estado lleno de muchos retos, emociones e incertidumbre. Todo esto nos coloca en un escenario negativo en cuanto a nuestra salud física y mental, ya que nos encontramos restringidos de nuestras actividades físicas, rutina habitual y de las interacciones sociales que acostumbrábamos tener. Esto puede ocasionar que nos sintamos tristes, confundidos, asustados, molestos o estresados. Y un niño también puede experimentarlo, con la diferencia de que será de una forma mucho más intensa, ya que, dependiendo de la edad, no tienen el conocimiento ni las herramientas suficientes para manejar sus emociones de manera adecuada. Es por ello que los adultos tenemos la responsabilidad de identificar nuestras emociones, controlarlas y poder conducir a nuestros niños a un manejo adecuado de sus propias emociones. Cuidemos a nuestros niños, vamos a amarlos, a divertirnos con ellos; enseñémosles que la felicidad se encuentra en las cosas más básicas de la vida, y que teniendo familia y amigos es lo más grande que podemos cosechar. Vamos a cuidar la salud mental de nuestros niños, enseñémosles lo que de verdad vale en esta vida: amarse, abrazarse, divertirse, compartir en familia” puntualiza la representante de la agrupación.

Jeny Macedo está consciente de la necesidad de que cada vez más niños aprendan el folclore portugués en Venezuela. “Esta es una oportunidad para que los niños, a través del grupo, puedan conocer y promover la cultura de sus raíces, y que mejor lugar para hacerlo que en el Centro Portugués, que es un lugar en donde se realizan diversas actividades relacionadas con la cultura portuguesa manteniendo así vivas todas las tradiciones y costumbres portuguesas. No podemos permitir que las costumbres y tradiciones se pierdan. Sigamos fomentando e incentivando no solo a los niños y jóvenes, sino también a todas las personas con las que convivimos, ya que el folklore forma parte de nuestras raíces e identidad como pueblo. Debemos estar orgullosos de lo que somos y de dónde venimos sin avergonzarnos por aquello que representamos y hacemos. Reforcemos los valores que en la humanidad se han ido perdiendo, que el verdadero valor no está en lo material sino en los momentos compartidos, en mantenernos saludables, ¡Vamos a divertirnos, y estar orgullosos de las culturas y raíces que representamos, ya muy pronto estaremos juntos de nuevo haciendo lo que más nos gusta que es bailar!” finalizó la directora del Grupo Folclórico Infantil Centro Portugués de Caracas.

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Editor - Jefe de Redacción / Periodista sferreira@correiodevenezuela.com Egresado de la Universidad Católica Andrés Bello como Licenciado en Comunicación Social, mención periodismo, con mención honorífica Cum Laude. Inició su formación profesional como redactor de las publicaciones digitales “Factum” y “Business & Management”, además de ser colaborador para la revista “Bowling al día” y el diario El Nacional. Forma parte del equipo del CORREIO da Venezuela desde el año 2009, desempeñándose como periodista, editor, jefe de redacción y coordinador general. El trabajo en nuestro medio lo ha alternado con cursos en Community Management, lo que le ha permitido llevar las cuentas de diferentes empresas. En el año 2012 debutó como diseñador de joyas con su marca Pistacho's Accesorios y un año más tarde creó la Fundación Manos de Esperanza, en pro de la lucha contra el cáncer infantil en Venezuela. En 2013 fungió como director de Comunicaciones del Premio Torbellino Flamenco. Actualmente, además de ser el Editor de nuestro medio y corresponsal del Diário de Notícias da Madeira, también funge como el encargado de las Comunicaciones Culturales de la Asociación Civil Centro Portugués.

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