«El pueblo venezolano es amante de la paz»

José Trinidad Fernández, obispo auxiliar de Caracas, dijo a la prensa portuguesa que cree que en Venezuela no se corre el riesgo de una guerra civil

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Delia Meneses

José Trinidad Fernández,  obispo auxiliar de Caracas y subsecretario de la Conferencia Episcopal de Venezuela, estuvo en Portugal para acompañar una delegación de representantes de la Iglesia venezolana. Celebró una misa en Fátima para orar por la paz del país sudamericano y se reunió con Cáritas Portugal para establecer lazos de comunión y de intercambio.

Entrevistado por la publicación portuguesa Renascença, Fernández descartó que en Venezuela se corra el riesgo de una guerra civil pues el pueblo es amante de la paz y quiere que las soluciones sean pacíficas.

A su juicio, una de las soluciones que tienen los venezolanos como creyentes y buenas personas es enseñarles valores a sus hijos. «En términos de salidas sería necesaria una educación que valore la dimensión religiosa, la vida. Sin educación no hay futuro en la vida de las personas. Si educamos, cultivamos el espíritu, y cultivar el espíritu es cultivar la renovación, que es la fuerza dinámica que hace que las personas progresen».

Para el obispo auxiliar de Caracas la salida tiene que pasar por elecciones, para que las diversas autoridades del país puedan ser reconocidas nuevamente, no solo a nivel de la presidencia, sino en todos los departamentos estatales.

«La salida también tendrá que pasar por un cambio de mentalidad. La gente tiene que volver a aprender que es a través del trabajo que se logran las cosas. Ahora estos regímenes se basan en la mentalidad de dependencia, pero el ser humano es un ser creativo, tiene la capacidad de crear, de ser emprendedor y ser agente de transformación de su vida y de la vida de sus semejantes».

El representante de la Iglesia católica agradeció la ayuda brindada por Cáritas Portugal y denunció la «grave crisis humanitaria» que llevó a más de cuatro millones y medio de personas a abandonar el país.

«Portugal es un pueblo cercano. Muchos portugueses que se fueron a vivir a Venezuela en las décadas de 1940 y 1950 se establecieron allí con su religiosidad, su devoción a la Virgen de Fátima, cuya fiesta se celebra en Venezuela, y especialmente en Caracas. Pero lo que nos trajo hasta Portugal fue esta comunión que propone el Papa, para que la Iglesia pueda ayudar a las iglesias necesitadas», dijo Fernández.

A los portugueses les pide que no se olviden de Venezuela y que sigan apoyando a la población a través de Cáritas. «La situación actual es difícil. Es una sociedad que está deprimida, las personas viven con una actitud de pesimismo, porque no pueden superar las muchas dificultades económicas. El salario mínimo mensual de una persona es de 5 euros, hay una hiperinflación. Venezuela enfrenta una trágica crisis humanitaria, porque no ha habido políticas que favorezcan el bien del personas».

Fernández sostiene que alrededor de 70% de la población necesita ayuda. «Vivimos una crisis política, de salud, alimentaria, y económica. La forma de vida ha cambiado. Por ejemplo, a nivel educativo, muchos niños y jóvenes han dejado de ir a la escuela porque no se alimentan bien… muchos no tienen comida, ni ropa, ni zapatos».

«Esperamos que la comunidad internacional mantenga la situación en Venezuela en la agenda y que, todo el mundo, pero especialmente Europa, continúe ayudando a Venezuela, que no se olviden de nosotros. Porque estamos buscando una salida a esta crisis y la salida es a través de cambios en el estilo de gobierno, un gobierno que no explote a los más pobres para mantenerse en el poder».

El obispo auxiliar de Caracas dijo que hacen falta medicamentos y alimentos pues las personas comen lo que encuentran, sin equilibrio, y por la ingesta de más carbohidratos ha aumentado la diabetes. «Se puede ver en la cara de muchos venezolanos que están deprimidos, por un lado, y por el otro, se ve en su estado físico que les falta comida».

Exhorta a los portugueses a que no se olviden de sus conciudadanos, los portugueses que están en Venezuela, «porque al ayudar a los portugueses también ayudan al país y a todos los venezolanos a tener menos necesidad. No queremos ser un país que dependa de otras naciones, pero necesitamos ayuda. Ayúdanos a través de Caritas en este momento cuando falta comida y todo lo demás. Pero también pedimos ayuda en la búsqueda de soluciones políticas, las mejores soluciones para todos, para el portugués, pero también para el italiano, español, para tantas personas que fueron a Venezuela después de la Segunda Guerra Mundial, porque encontraron un país de posibilidades. Creemos que un mundo nuevo es posible».

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