Monumental. Esa es la palabra que mejor define al Sistema de Orquestas Sinfónicas de Venezuela. Un trabajo precioso y complejo, que ha influenciado positivamente a cientos o miles de jóvenes de bajos recursos que han pasado por sus filas y que hoy son una referencia en cuánto a valores se refiere, no solo en Venezuela, sino en el mundo entero. La semana pasada, fue la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas la encargada de deleitar al público lisboeta, en Portugal, con un magistral concierto que forma parte de su gira europea 2015. Es un orgullo que un proyecto venezolano sea tomado en cuenta en el extranjero y sirva como ejemplo para la formación de nuevas ideas como la Orquestra Geracao en tierras ibéricas. La música, al igual que tantas otras cosas, se convierté así en un elemento que nos une y que permite hacernos sentir que tanto portugueses como venezolanos somos una misma raza, con valores de honestidad, paz, trabajo, compromiso y pasión por cada cosa que hacemos.