Excelentes noticias llegan desde Japón, donde un grupo de investigadores de la Universidad de Kioto, han concluido un estudio de un poco más de cinco años, en el que finalmente han bautizado a una bacteria como Ideonella Sakaiensis, que es capaz de descomponer el polietileno tereftalato, más conocido como plásticos PET, los más utilizados y por ende los más contaminantes del mundo.
Según los estudiosos de la materia, sólo en el año 2013 se produjeron 56 millones de toneladas de PET en todo el mundo, de los cuales no se reciclaron si quiera la mitad, y por lo que supone un problema grave para el medioambiente debido a la alta resistencia a la biodegradación de este tipo de plástico.
Hasta ahora, se habían identificado unas pocas especies de hongos capaces de descomponer el plástico, pero no una bacteria tal como lo han planteado los científicos japoneses, que en este caso tiene la característica de alimentarse del carbono del que está compuesto el polímero del PET, lo que es muy conveniente para nosotros, pues podríamos reducir notablemente los desechos de este contaminante y su huella por nuestro Planeta.
La Ideonella Sakaiensis, puede degradar casi completamente una película delgada de PET después de seis semanas a una temperatura de 30 grados centígrados, que podría compararse con la temperatura promedio de la mitad del mundo.
Pero además de esto, investigaciones adicionales a este proyecto, determinaron la existencia de una encima que, en contacto con el agua, genera una reacción química que descompone el PET en una sustancia intermedia, que a su vez se subdivide en otra enzima y facilita el proceso de degradación.
Este complejo descubrimiento nos deja ante las puertas de lo que puede ser una revolución en el reciclaje tal como lo conocemos hasta hoy, pues con él se abre una puerta hacia lo que se conoce en el medio como descontaminación, y que supondría el fin del tratamiento del plástico, que si bien es llamado reciclaje, realmente lo que supone hasta ahora que sean fundidas y posteriormente transformadas en otros productos plásticos más duros y por ende más contaminantes, por lo que sin duda esto supone un avance, pero también una esperanza.