El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela se ha convertido en una de las organizaciones más importantes del país. Inclusive, su nombre es conocido en todo el mundo. También sus músicos, entre ellos Joshua Dos Santos, uno de sus directores y mano derecha de Gustavo Dudamel.
Joshua Dos Santos nació en Valencia, Venezuela, el 19 de enero de 1985. Cuando apenas tenía siete años de edad, sus primeros pasos en la música los dio en la Escuela Gustavo Celis Sauné de la Universidad de Carabobo, para iniciar a los niños. “Fue por casualidad. Mi mamá inscribió a mi hermano en clases de música y como no tenía con quien dejarme, me llevaba. Mi hermano duró tres meses y aquí estoy yo. Yo fui obligado, no quería ir a la escuela de música”, comentó Dos Santos entre risas.
La primera vez que agarró un instrumento fue cuando tenía tres meses en la escuela. “Mi primera clase fue de cuatro, el instrumento típico venezolano. Los primeros tres meses fui como oyente y yo iba a acompañar a mi hermano. Le agarré el gusto, mi hermano no siguió y le pedí a mi mamá que me llevara. Vi clases de piano también, hice todo lo que se podía hacer en esa escuela”, dijo.
De ahí pasó al Conservatorio de Música del Estado Carabobo, ahí duró siete años. “Estudié todas las bases teóricas y estudié violonchelo, que fue mi instrumento por muchos años. Paralelo a eso, estaba con la Escuela de Música Sebastián Echeverría Lozano. Empecé en el mundo de las orquestas infantiles, juveniles y a los 14 años, tocaba en una orquesta profesional”, relató.
Formó parte de la Orquesta Sinfónica de Carabobo. “Ya tocaba ahí desde muy joven e ingresé por concurso a la selección nacional de las Orquestas Infantiles y que fue la orquesta donde me impulsé como director de orquesta. Además de eso, fue donde conocí a un montón de gente maravillosa, entre ellos al maestro José Antonio Abreu, Gustavo Dudamel tocaba en la orquesta conmigo y me involucró con el Sistema Nacional de Orquestas directamente”, explicó.
De joven, tuvo dotes para ser director. “Cuando tocaba en la Orquesta Sinfónica de Carabobo, habían frases que podían hacerse mejor, cosas que sentía así y para hacer eso, necesitaba dirigir para poder hacerlo. Con 15 años, comencé a dirigir una orquesta de cámara en el Conservatorio de Música de Carabobo. Luego de eso, el sistema lanzó un curso de dirección con un maestro argentino que se llama Mario Benzecri, me inscribí y así comenzó todo”, contó.
Fue director de una orquesta en Vargas. “La primera orquesta juvenil que dirigí fue la del estado Vargas, aquí en Caracas, cuando tenía 17 años. Estuve un año y me fui a Valencia, a encargarme del Sistema de Orquestas en Carabobo. Es una responsabilidad grande porque no es solo ser director, se trata de ser padre, madre, psicólogo porque debes estar pendiente de los muchachos. Además que es un proyecto social con alto nivel artístico y musical y requiere una alta capacidad de gerencia. Reúnes varias capacidades al mismo tiempo”, señaló.
Al igual que otros directores criollos, ha trabajado en el exterior. “He estado con orquestas en diferentes países: Polonia, con la Filarmónica de Los Ángeles, con la Sinfónica de Miami, con la Sinfónica de Radio France, de Jalisco en México, Guatemala, Colombia, Brasil, entre otros”, expresó.
Es la mano derecha de Gustavo Dudamel. “Trabajo como director asistente de Gustavo en las giras internacionales de la Orquesta Simón Bolívar y bueno, la relación es bastante estrecha porque es un puesto que requiere de mucha confianza y también de mucho respeto. Entonces, el trabajo a su lado es excepcional porque se accede información privilegiada que no todo el mundo puede tener. Él dirige las más grandes orquestas del mundo y lo que el trae, lo aprovecho para estudiar”, expuso.
Hay muchas similitudes entre los músicos venezolanos y de otras lides. “Yo diría que no hay diferencia. Son muchos aspectos. La vida del artista está ligada a sus experiencias en la vida. Nosotros aquí tenemos un estilo de vida y clima diferentes a las de Estados Unidos y las de Europa. Las orquestas de esos lares suenan diferentes. Son muchos factores. Incluso, dentro de Europa suenan distinto si es del norte o cerca del Mediterráneo. Hacer una comparación es difícil y no es completamente objetivo. Venezuela está marcando pauta porque las orquestas infantiles suenan como profesionales debido a la compresión del contenido sinfónico, por decirlo de alguna forma. Lo que se alaba es ese sonido fuerte y esa pasión por hacer música, esa podría ser una diferencia. Eso no significa que las orquestas europeas no toquen con pasión, al contrario. Lo sorprendente es que una orquesta tan joven toque de una forma tan madura”, dijo.
José Antonio Abreu es un baluarte en su carrera musical. “El Maestro Abreu fue uno de mis primeros maestros de dirección de orquestas. Todo lo que se o gran parte se lo debo a él. Yo tuve mucha suerte porque él iba con la orquesta de Vargas a darme clase. Se ponía detrás de mí y me corregía, que es una experiencia única porque en Europa o Estados Unidos, los directores aprenden con un piano al lado. Aquí estaba con una orquesta con mi maestro al lado. Es impresionante desde el punto de vista musical y gerencial. Además que ha sido un gran político y un gran líder, un genio de la diplomacia. Por ende, de alguna manera aprendí algo de eso”, explicó.
Destacado:
[quote_center]“Estoy en la música por casualidad. Mi mamá llevó a mi hermano a estudiar música y me quedé yo”
“El Maestro Abreu fue uno de mis primeros maestros de dirección de orquestas. Todo lo que se o gran parte se lo debo a él”[/quote_center]