A pesar del sentimiento nacional de inseguridad, actualmente Venezuela sigue siendo un país con atractivos turísticos muy destacables y sigue teniendo visitas de turistas de todo el mundo para conocer los bellos paisajes que ofrece nuestro territorio. Sin embargo, ante la búsqueda de los grandes destinos comerciales, muy pocas personas conocen la existencia pequeños rincones que cautivan a cualquiera.
Uno de esos rincones es La Ciénaga de Ocumare: una hermosa ensenada de aguas tranquilas ubicada a medio camino entre la bahía de Turiamo y las playas de Ocumare de La Costa, rodeada por las altas montañas del Parque Nacional Henri Pittier. A pesar de no poseer grandes extensiones de arena, pues casi toda la línea costera que bordea la ensenada está cubierta por una delgada línea de mangles, es un lugar perfecto para relajarse, tomar sol, tirar bellas fotografías y practicar diversos deportes acuáticos.
El mayor encanto de La Ciénaga son sus cálidas y cristalinas aguas, cuyos matices se van degradando desde el índigo de las más profundas hasta los relucientes tonos turquesa de las someras. Igualmente espectaculares son los espejos de agua que se forman hacia el fondo de la ensenada, a lo largo de un pequeño canal de aguas poco profundas y rodeadas de manglar, conocido como “El Túnel del Amor”.
Un lugar paradisíaco ideal para navegar a bordo de un kayak, contemplando el paisaje circundante o viendo las estrellas de mar que reposan en el fondo. Igualmente, para quienes gustan de hacer snorkeling, la barrera de coral de La Ciénaga es perfecta para ello. Hay sencillos locales para comer, sanitarios en la playa, alquiler de sillas y de kayaks.
Y recuerde, cuando visite algún rincón de nuestro país, no deje basura tirada en el lugar: busque algún recolector o pipote de basura y colabore activamente con la limpieza de nuestros paisajes.