El profesor Antonio José Rodrigues Gomes uno de los portugueses de segunda generación más icónicos del Barrio Nazareno asegura que su devoción a la Virgen de Fátima lo ha encaminado de lograr todas las metas que se ha propuesto en su vida y sobre todo en cada actuación del famoso Vía Crucis Viviente de Petare.
Su devoción por la Virgen de Fátima lo inculcó su madre, una portuguesa oriunda de la Isla de Madeira, de nombre María Assis Gomes de Rodrigues. Rodrigues enfatiza que la Virgen de Fátima responde siempre con su amor a través de sus acciones ya que sin ella él no sería nadie, siendo el mejor camino para ir a Jesús nadie va por el hijo sino por ella, concediendo la gracia y alegría de las personas en recibirla en sus hogares y también los milagros que ella hace a través de su hijo Jesucristo.
“Siempre le rezo el santo rosario todos los días y me encomiendo hacia ella, desde hace más de tres décadas participo en el Vía Crucis Viviente que realizamos en El Nazareno hasta El Morro, he podido ver la presencia de la Virgen en cada uno de los muchachos que coloca su grano para que cada escena se vea real de la Pasión, en mi vida ha logrado solventar ciertas dificultades familiares y de poder mantener la calma y la paciencia en cualquier momento complicado” – asegura Rodrigues.
Antonio quien siente que la Virgen de Fátima nunca lo defrauda, entre sus prácticas más consecuentes el primer sábado de cada mes como lo hizo su madre María Gomes quien también mantenía la misma tradición que ahora el hace, tomando en cuenta que ella murió fue en el primer sábado del mes.
“La devoción a la virgen siempre es muy arraigada en la comunidad portuguesa, gracias a ese legado la feligresía venezolana ha podido llevar esta hermosa advocación, inclusive algunos que no suele amar la Virgen María han aprendido cada día tenerle cariño gracias a esta devoción” – concluye Antonio Rodrigues quien se mantiene como un leal feligrés en la segunda iglesia de Fátima mas antigua de Venezuela.