Delia Meneses
Son alrededor de 10 mil los portugueses y lusodescendientes que han retornado al archipiélago de Madeira, el lugar del que emigraron hace 40 años y en el que esperan recuperar la normalidad que perdieron en Venezuela. Pero hay quienes no pueden emprender este viaje de regreso a la isla sin ayuda. Es el caso de João Goncalves Vieira, de padres madeirenses naturales de Ribeira Brava, quien solicita apoyo a las autoridades lusas para viajar a la Región Autónoma con sus dos hijos: Gabriel de 13 años y Santiago de 8.
La urgencia de este trayecto está marcada por el deterioro de la salud de ambos niños, quienes padecen de asma persistente, no controlada, combinada con rinitis y anemia. La preocupación de su padre aumentó recientemente pues Gabriel se complicó con un cuadro de dengue clásico, combinado con asma e infecciones agudas en las vías respiratorias. A esto se suma el fantasma de la desnutrición que también ha tocado la puerta de las familias portuguesas.
De esta realidad ha sido testigo la Red Portuguesa de Asistencia Médica y de Solidaridad, creada por la Asociación de Médicos Lusovenezolanos que, en la voz del otorrinolaringólogo Aderito de Sousa, ha destacado que la crisis social y económica de Venezuela alcanzó de forma dramática a la comunidad portuguesa com “situaciones de pobreza y hasta de hambre».
«Hay muchos lusodescendientes y portugueses que anteriormente trabajaban y tenían un ingreso para vivir cómodamente pero que, en la actualidad, por la dura situación económica, se han gastado sus ahorros, algunos han perdido sus emprendimientos y otros inclusive están en la calle y perdieron la esperanza de seguir adelante. Pasaron de ser algunos casos puntuales a convertirse en una realidad dramática», relata De Sousa.
Los que son profesionales también ha visto deteriorarse su calidad de vida. Gonçalves, quien es Licenciado en Psicología, Educación Especial y Filosofía, enfrenta una situación laboral complicada. «A pesar de mi cualificación académica y profesional mi sueldo es de apenas 7 dólares mensuales, en un país cuya inflación para 2019, según el Fondo Monetario Internacional, alcanza los 10.000.000%. Actualmente, no dispongo de ahorros ni de familiares que puedan ayudarme económicamente».
Asegura que como padre ha hecho todo lo posible para salvar el futuro integral de sus dos hijos. «He buscado medicinas y solicitado apoyo a diversas organizaciones nacionales, pero la gran demanda de personas, la inflación, la falta de medicamentos y las dificultades en general que padece Venezuela, son variantes muy complicadas de controlar». Acudió al Consulado de Portugal en Caracas con el récipe de algunas medicinas, y aunque lo atendieron amablemente, los fármacos que le ofrecieron son contraproducentes para el corazón de los niños.
Lamenta que las actividades académicas de sus hijos se hayan convertido en una batalla cotidiana. Las clases comienzan a las 7:00 de la mañana y a las 10:30 a.m. ya el plantel termina sus labores por las dificultades eléctricas y la falta de agua en la escuela. «Cuando hay manifestaciones sociales de calle, fallas eléctricas en el Metro o colapso del transporte público, mis hijos deben realizar caminatas de 7 km para regresar a casa. Esto les ocasiona una desgaste físico y psicológico que promueve la aparición de episodios asmáticos».
Gonçalves, residente de Catia, siente que la vida ha dado un vuelco para los descendientes de inmigrantes madeirenses en Venezuela, ya que ahora «después de tener formación profesional, nos toca regresar a la tierra donde nacieron nuestros padres y abuelos en búsqueda de un mejor porvenir. Por la vida y el futuro de mis hijos quiero residenciarme en Madeira, con el fin de buscar un empleo, brindar lo mejor de mí y lograr que mis hijos tengan mejores perspectivas de salud, educación y calidad de vida».
Este lusovenezolano solicita apoyo a las autoridades portuguesas para la adquisición de tres pasajes aéreos de ida (pues tanto él como sus dos hijos poseen pasaporte portugués además del venezolano) para regresar a Funchal donde tienen familiares que los recibirán y le prestarán el apoyo necesario. La aspiración de Gonçalves sería realizar el viaje antes de que inicie el año escolar en Portugal para que sus hijos puedan incorporarse a las actividades académicas.
Aunque su principal deseo es trasladarse a Madeira, si alguna organización o familia tiene la posibilidad de colaborar con algún aporte económico, Gonçalves pone a disposición sus contactos: Jogagovi@gmail.com y +58414-9903356.