Delia Meneses
Heredero de una tradición familiar beisbolística, José Elías García Pereira se siente orgulloso de seguir los pasos de su primo, el Grandes Ligas, Miguel Rojas (Miami Marlins) y de su padre, quien siempre practicó esta disciplina. A pesar de su corta edad, las cosas le han salido bien a este lusovenezolano que con 18 años fue firmado por la organización Dodgers de Los Ángeles y también firmó con los Tiburones de La Guaira.
Con el equipo venezolano sólo entrenó pero en 2019 jugó su primera liga como pelotero profesional en República Dominicana en la «Granja» de los Dominican Summer League (DSL) de los Dodgers como cácher. Fue premiado como el “Jugador del Mes de Agosto” con .333 puntos de average. El joven careta de los Dodgers brilló en Santo Domingo.
Con la pandemia se paralizó la actividad en el complejo de los DSL y ahora José Elías se encuentra en Madeira, la tierra de sus abuelos maternos, una isla que el pelotero no visitaba desde los 2 años y de la que tenía escasos recuerdos.
Apenas conservaba en su memoria las curvas y los caminos estrechos y escarpados que conducían a Ribeira Brava, donde actualmente pasa vacaciones en compañía de sus tías Marisela y Graciela y de su prima Ana Carolina. Cuenta que su tío, que es carpintero, le elaboró una base para colocar la pelota y así practicar el bateo.
«Madeira es hermosa, esto me encanta», dice el joven, quien ya se inscribió en un gimnasio para mantener la condición física que le exige su posición de receptor. «Es una posición fuerte que demanda resistencia y fuerza. Además, nada de consumir bebidas alcohólicas, nada de trasnochos, uno tiene que sacrificar muchas cosas».
Nacido y criado en San Antonio de Los Altos, su afición por la pelota inició temprano y también su disciplina. A los 3 años y medio comenzó a practicar en Los Castores y luego en La Arboleda (La Fragua), allí entrenó hasta el pre-infantil. Pero donde realmente se formó en la disciplina fue en la escuela Nicolás León en Guarenas y después en Trapichito.
«Por sus raíces lusas, mi mamá siempre quiso que yo jugara fútbol. De pequeño me metieron en varios deportes, pero lo que a mí me gustaba era el béisbol. Mi familia siempre me apoyó. Todo lo que yo soy es gracias a mi papá, mi mamá y mi hermana, ellos son el pilar», reconoce García, quien por la visión estratégica de su padre aprendió inglés desde los 12 años.
«Sé inglés desde pequeño, eso me ha servido demasiado. Cuando estaba en Dominicana, de los cátcher yo era el único que hablaba inglés, yo le traducía a los otros peloteros, eso me permite estar un paso adelante».
De los Dodgers valora su trabajo organizado, «nos inculcan valores, nos facilitan la realización de cursos de barbería, finanzas, oratoria. Nos preparan para la vida». Aunque no descarta dedicarse a otra actividad, su meta es estar en las Grandes Ligas. «Yo quiero llegar lo más rápido posible, pero dejo todo en manos de Dios, Él es el que sabe», cuenta José Elías, a quien le gustaría que el béisbol se ponga de moda en Portugal.
«Uno de mis sueños, a futuro, es que aquí se pueda sacar un equipo, un campeonato, como ha ocurrido en otros países como España, Alemania o Italia donde el deporte por excelencia es el fútbol pero también juegan béisbol», dice y agrega que es poco común que en las familias portuguesas surjan peloteros.
«Yo soy mitad venezolano y mitad portugués. A Portugal me vincula la gastronomía, la fe católica, la devoción a Fátima, hasta fui monaguillo de pequeño, además de los valores inculcados en casa: humildad, responsabilidad, puntualidad, respeto».
Cree que en el béisbol la preparación psicológica es incluso más importante que la física. «Te alejas de tu familia y tienes que estar enfocado. Este es un deporte donde uno falla, si en diez turnos das 3 hits eres un fenómeno. Uno tiene que estar preparado para fallar, y si hubo un mal día, borrarlo de la memoria y seguir adelante. Suele haber muchos jugadores talentosos pero disciplinados son pocos».
Lamenta que la inseguridad esté afectando el béisbol venezolano, en alusión al cobro de vacunas a las familias de los peloteros. Pero resalta el trabajo dedicado de las academias. «En Venezuela hay niños con hambre de jugar béisbol, hay mucho talento, y lo ideal es que si somos venezolanos podamos jugar en nuestro país».
Fuera del campo, José Elías sueña con formar tres fundaciones. Una que apoye a niños con autismo, en honor a Nicolás, su mejor amigo en la escuela y quien tenía esa condición. Otra para niños con discapacidad motora y otra para pequeños sin hogar.