A los viajeros les encantan las pintorescas ciudades amuralladas de Marvão y Monsaraz, pero pocos exploran el pueblo amurallado de Évora Monte. Situada en lo alto de una colina, esta encantadora ciudad llena de historia cuenta con un gran castillo que tardó cuatro siglos en completarse. Su enorme torreón se asemeja a una torta de boda.
Situado en Estremoz, en el Alentejo, el nombre de Évora Monte está vinculado a la convención del mismo nombre que puso fin a la guerra librada entre absolutistas y liberales. Su castillo, rodeado de olivos y alcornoques, se eleva sobre una colina de 500 m de altitud, lo que nos permite acceder a una de las más bellas vistas sobre las murallas de la ciudad y la Serra D’Ossa. Al descender, nos encontramos con la Iglesia de la Misericordia, uno de los más bellos ejemplos de arquitectura gótica, cuyas paredes y techo abovedado están cubiertos de azulejos de los siglos XVI y XVII.
Esta es una ciudad conocida por su vino y su cerámica. La cerámica artesanal de Redondo es apreciada por sus vivos colores florales y sus escenas de la vida en el campo. Sus vinos, en cambio, son de sabor intenso y muy apreciados. Cabe destacar que el pueblo conserva un castillo histórico, murallas medievales y un bello entorno.