Antonio López Villegas
altatribuna@yahoo.com.mx
¿Que si es corta la vida? ¿Qué si sólo existe una? ¿Qué si hay que romper las reglas por esa razón? ¿Que si debemos perdonar rápido, amar despacio y amar de verdad? Creo que esto en algún momento de nuestras vidas lo hemos escuchado o leído en alguna parte, quizás parecido, o de manera diferente pero más o menos por ese estilo. Asociando esto que escribo con lo que sigue, me atrevo a especular acerca de un hecho que seguramente les ha ocurrido también a muchos de mis lectores, como me ha ocurrido a mí. En estos días pasados conversando con una amiga, le referí el hecho de que algunas celebridades famosas y adineradas del cine, han sido atrapadas robando pequeños objetos de algunas tiendas: llaveros, adornos, pisapapeles, recuerdos y en verdad objetos de poco valor y desafortunadamente han sido atrapadas por el dueño en el propio acto del delito y naturalmente señalados y llevados a la justicia. Sin detenerse a pensar un poco en las razones que motivaron a estas personas a realizarlos. Resulta que sufren de cleptomanía y esta es una enfermedad que los induce a cometer los mismos como vulgares ladrones. Es un acto incontrolable que más que castigo, necesita atención médica. Reflexionado un poco acerca de estos hechos me puse a pensar en que quizás la Soberbia, además de ser uno de los 7 pecados capitales, sea también una enfermedad. Razono de esta manera porque he podido descubrir ya en algunas personas, allegadas, que son capaces de dejar ir “al amor de su vida”, simplemente por no enviarle un mensajito, un correo electrónico o llamarlo aunque sea por teléfono, después de una discusión o sencillamente por un mal entendido. Olvidando por completo las afirmaciones con las que comencé este artículo. La Soberbia es terrible y como una enfermedad, ataca a algunas personas alejándolas del amor y de tantas oportunidades que vale la pena ponerse a pensar en la posibilidad de salir de ella.