Domingo Calheiros, ejemplo de la comunidad que construye

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Natural de Arcos de Valdevez, Domingo Calheiros desarrolló durante más de 15 años una intensa actividad cultural y asociativa, convirtiéndose en promotor y divulgador de la identidad arcuense en Venezuela.A través de la publicación de una revista y de la realización de un encuentro anual para reunir a sus coterráneos logró dar a conocer y sacar del anonimato a esta villa portuguesa del Distrito de Viana do Castelo en Alto Minho.

Gracias a su capacidad organizativa y su proactividad, desde 1993 los nativos de esta región radicados en Venezuela se reunían una vez al año en el mes de febrero para compartir memorias y tradiciones de su tierra. Con el tiempo, este encuentro se extendió también a portugueses de otras localidades que querían disfrutar una tarde de música, costumbres típicas y buena comida, congregando a más de 200 personas, junto a autoridades políticas y diplomáticas.

Los nativos de Arcos de Valdevez en 2006 organizaron una cofradía en honor a San Bento, el patrono de su tierra natal. Fue una idea de Calheiros y el objetivo era rendir tributo al santo que cuida y protege esta región. El acto oficial de la creación de la cofradía ocurrió el 11 de julio de 2006 en la sede de la Misión Católica Portuguesa en Caracas, iglesia donde ya era habitual la celebración de la misa, procesión y verbena en honor a este santo.

Ese año, el presidente de la Cámara Municipal de Arcos de Valdevez, Francisco Rodrígues Araujo, hizo entrega formal de la imagen a la Misión Católica donde permanece hasta hoy. Allí, la comunidad arcuense acude para llevar a cabo la tradición de la Cartola, que consiste en tocar el sombrero de San Bento, pedir lo que se desea y dar las gracias.

«Son pocos los arcuenses que aquí viven, pero son buenos», solía decir Calheiros de sus paisanos residenciados principalmente en las ciudades de Caracas, Valencia y Barquisimeto. A pesar de su presencia diminuta en Venezuela, esta comunidad, en gran parte gracias a la labor activa de Domingo, dio una digna contribución para una mayor aproximación entre los dos países.  Un ejemplo de esto fue la inauguración en agosto de 2005 de un busto de Simón Bolívar en Arcos de Valdevez.

Gracias a la realización de su encuentro anual lograban traer casi todos los años autoridades políticas de su lugar de origen, estrechar los lazos entre las dos naciones y dejar una marca representativa en Venezuela. No en vano, Calheiros, quien falleció el 21 de febrero de 2012 víctima de un ataque cardíaco, recibió una condecoración póstuma ese mismo año en el día do concelho de Arcos de Valdevez por su desempeño en el área cultural. El reconocimiento fue recibido por su hermano Joao Calheiros de Oliveira .

Entre los lusovenezolanos, Calheiros es recordado como un emigrante de gran valía que, sin hacer mucho ruido, ayudó a reforzar las relaciones entre Portugal y Venezuela. Fue un ejemplo de la comunidad que construye, que se dedicó a actuar en lugar de criticar, resaltando la importancia de las asociaciones. Sin complejos de inferioridad, por pertenecer a una comunidad que en Venezuela tiene pocos representantes, y sin discriminar a nadie, hizo un trabajo que dio frutos y que permanece en el recuerdo no solo de sus coterráneos.

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